Por qué los perros le huelen la cola a otros perros
¿Te has preguntado alguna vez por qué los perros le huelen la cola a otros perros? Hoy te contaremos dos historias al respecto.
Hoy te daremos dos explicaciones a por qué los perros se huelen la cola. La primera será la científica, la más aceptada. Y la segunda simplemente será una bonita leyenda :)
La explicación científica
El olfato de los perros está mucho más desarrollado que el de los humanos. Es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el nuestro.
Cuando huelen las colas de sus semejantes lo que están haciendo es recolectar una gran cantidad de información que les puede ser útil a nivel de supervivencia: lo que come el otro perro, su estado emocional, su salud, su género (macho o hembra) y otros muchos datos.
La química también es lenguaje
El lenguaje químico de los perros está formado por ácidos grasos volátiles y trimetilamina, y su aroma puede variar mucho, en función del sistema inmunológico del perro y de su genética.
Se descubrió incluso que los perros, dentro de su sistema olfativo, tiene una pequeña parte auxiliar dedicada solo específicamente a reconocer este tipo de señales químicas! De esta manera, el resto de olores no molestan a la hora de hacer este reconocimiento.
La leyenda
Existe una curiosa leyenda mexicana que a veces se usa para contarle a los niños por qué los perros se huelen la cola para reconocerse. Dice así:
Hace muchos muchos años, en un pequeño pueblo mexicano, los perros que había se sentían muy tristes. Esto se debía a que, a pesar de que ellos eran muy bondadosos y fieles y ayudaban a los humanos, muchos de estos no les correspondían, los despreciaban o incluso los maltrataban.
De manera que cierto día los perros decidieron reunirse en asamblea para decidir qué hacer con esta injusta situación. Tras mucho debatir se llego a la conclusión de que requerían la ayuda del dios Tiáloc.
Así pues, escribieron una carta para enviarsela a dicho dios. ¿Pero quíen la llevaría? Tenía que ser un perro que tuviera muy muy buen olfato, para así poder encontrar el camino sin problemas. El elegido fue un perro negro, joven, con músculos y un olfato increíble.
Este perro se puso muy contento, pero le surgió una duda: ¿Dónde guardaría la carta hasta que llegase al lugar donde se encontraba el dios Tiáloc? Un perro anciano y sabio, tras reflexionar, le dijo: "Deberías guardarla debajo de la cola; ahí es donde más segura estará".
Dicho y hecho. Sin más demora, el perro negro partió hacia su objetivo con la carta debajo de su cola. Pero pasó el tiempo, pasaron muchooooos años y el perrito negro no volvía. ¡Y a día de hoy sigue sin volver! Por eso, desde aquel día, todos los perros se huelen la cola cuando se encuentran, para ver si es el mensajero que vuelve con la carta de Tiáloc.